La vida te empuja a aprender..
Esta es la cuarta parte de mi viaje y aventura en Anderson Valley, California. Parte 1, Parte 2 y Parte 3.
La vida siempre tiene una forma curiosa de empujarnos a aprender, a veces de maneras que nunca hubiéramos imaginado. En mi viaje a Anderson Valley, me encontré con desafíos inesperados que me obligaron a adaptarme y crecer. Cada día traía nuevas lecciones, desde la importancia de la paciencia hasta el valor de la perseverancia. Aprendí que cada obstáculo es una oportunidad disfrazada, y que la verdadera sabiduría proviene de enfrentar lo desconocido con una mente abierta y un corazón valiente.
Pero hablemos de esta cena que tuvimos con estos deliciosos vinos.
Vinos de la cena
Y miren esta deliciosa pasta...
legalmente creo no puedo decir si, si o no estoy trabajando para este viñedo. Seguramente no lo estoy, porque, aún no se si por accidente se me chispotea algo que no debería de decir… bueno, déjame decir que fue una hermosa cena, buen vino y buena vista.
Aparte, antes de llegar a esta cena, la vida me aventó mi primer obstáculo… un vehículo estándar tuve la oportunidad de aprender a manejarlo. Honestamente no tengo mucha experiencia manejando vehículos estándar, pero eh tenido experiencia manejando motocicletas, así que no se me hizo tan difícil aprender a manejar esta camioneta estándar, casi, casi es lo mismo que manejar una moto, solo que el cluch y el acelerador es tu propio pie y no tu mano.
Esta es la camioneta que me tocó manejar, una Ford Ranger 2001, no es tan difícil manejar un vehículo estándar, solo es cuestión de práctica y paciencia. La verdad es que me divertí mucho manejando esta camioneta, me sentí como un niño aprendiendo a andar en bicicleta por primera vez. Al principio me costó un poco acostumbrarme a los cambios y al cluch, pero después de un rato ya me sentía más cómodo y confiado.
En otras noticias
La estufa sigue sin servir, el tanque de gas en la propiedad tampoco sirve, así que ni hay agua caliente y no hay estufa. Cuando me baño has de cuenta que me estoy aventando baldes llenos de hielo. Por el momento sigo cocinando en el asador de la propiedad.
Siento que no tengo mas que decir sobre esta cuarta parte ya que lo mas emocionante fue la cena y que me regalaron un pan de Cousteaux un lugar famosillo cerca del aeropuerto de Sonoma country. Así que los dejo con una foto.