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¿No hay vino en Alaska? Bueno, depende de quién pregunte

leonardo

Desde Japón hasta México, desde lo más bajo de Chile, casi tocando el Polo Sur, hasta Alaska. El mundo del vino es vasto y sorprendente. Un día, alguien me dijo con absoluta certeza que en Alaska no se hace vino, lo cual me pareció tan extraño como ver un pingüino con corbata estudiando para ser periodista. Porque, según mis investigaciones, sí se hace vino en Alaska.

Entonces, ¿quién tenía razón? ¿El muchacho, guapo y sonriente, que apenas daba sus primeros pasos en el mundo del vino, con su flamante manual de sommelier bajo el brazo? ¿O el sommelier experimentado, curtido en mil degustaciones y con una nariz entrenada para detectar un vino Pinot Noir en botella cerrada a kilómetros?

Pues resulta queeee, en Alaska, aunque no hay viñedos tradicionales, sí hay bodegas que producen vino con mostos importados y frutas locales. ¡BOOM! ¡TRAKAS!

Así que el misterio se resuelve: el vino en Alaska existe, aunque no de la forma convencional. Mito desmontado. Salud y hasta aquí mi reporte Joaquín.

Si bien ya que me calme y se me bajo la adrenalina déjenme les digo que en Alaska no se cultivan uvas para vinificación (al menos hasta donde se sabe), eso no significa que no se haga vino. Los productores de la región han demostrado que, a pesar de las condiciones climáticas extremas y la imposibilidad de cultivar Vitis vinifera, aún es posible elaborar vinos.

El proceso consiste en importar mosto de uva desde otras regiones, permitiendo la producción de vinos con identidad local. Además, algunos productores combinan estos mostos con frutas como frambuesas, arándanos azules y otras bayas, creando vinos únicos con sabores y aromas distintivos.

De acuerdo a mis investigaciones, en 2016 existían 9 productores de vino en Alaska, según la información del libro The World Atlas of Wine (8ª edición) de Hugh Johnson y Jancis Robinson. Actualmente, en junio de 2025, he podido identificar 5 bodegas activas en el estado: Bear Creek Winery, Alaska Berries, Alaskan Wilderness Wines, Denali Winery y Waites Winery.

No hay mucho que decir de Alaska. Así que los dejo con esta moraleja:

En el mundo del vino, como en la vida, siempre habrá alguien que afirme con total seguridad que algo es imposible… pero si no te convence del todo, lee, investiga y cuestiona. Antes de discutir con un sommelier sobre la existencia de vino en Alaska, asegúrate de que al menos tienes algo de razón. Y, por si acaso, revisa tu copa: no vaya a ser que estés tomando Merlot creyendo que es Pinot Noir.

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